Cuando preparábamos el viaje para acá en lo último en que pensábamos era en salir de fiesta en nochevieja, por muchas cosas, empezando porque vendríamos de una paliza de más de dos mil kilómetros en coche, porque pensábamos que haría mucho frío, porque no tenemos especial fijación en una noche para gente que no sale ( recuerda que las fiestas para gente que no va de fiesta y los garitos para gente que no va de garitos son lo peor) y porque creíamos que no se haría nada especial aquí, ya que nunca habíamos oído nada más que de Paris, Londres y NY.
Pero puestos en faena ya el viernes vimos a la gente a tope cargada de petardos ( de alcohol se obvia, siempre lo van) y con mucho espíritu, así que decidimos unirnos. Salimos sobre las 19 y ya no pudimos llegar a la puerta de Brandemburgo directamente si no que tuvimos que bordearla andando kilómetros, entre ríos de gente cercada por la policía. Conseguimos entrar por detrás, por una especie de feria abarrotada por más de un millón de personas. El tiempo acompañaba, aunque no de la forma que yo querría.
Después de atravesar centenares y centenares de metros con gente a su bola empezamos a oir las pantallas, y luego el escenario, donde una suerte de artistas locales e internacionales se trasegaban al público, hasta dar las 00 y empezar a pinchar DJ ( de una forma que no entendimos, como 30 segundos cada canción) y cuando pasaron unas horas se hizo aburrido y la gente ya desfasaba nos fuimos por donde habíamos venido. También supimos que había fiestas por todo el río Spree y en las discotecas y antros de nuestro agrado seguro, pero aunque no vaya del todo conmigo esto es algo que hay que ver.
Pero puestos en faena ya el viernes vimos a la gente a tope cargada de petardos ( de alcohol se obvia, siempre lo van) y con mucho espíritu, así que decidimos unirnos. Salimos sobre las 19 y ya no pudimos llegar a la puerta de Brandemburgo directamente si no que tuvimos que bordearla andando kilómetros, entre ríos de gente cercada por la policía. Conseguimos entrar por detrás, por una especie de feria abarrotada por más de un millón de personas. El tiempo acompañaba, aunque no de la forma que yo querría.
Después de atravesar centenares y centenares de metros con gente a su bola empezamos a oir las pantallas, y luego el escenario, donde una suerte de artistas locales e internacionales se trasegaban al público, hasta dar las 00 y empezar a pinchar DJ ( de una forma que no entendimos, como 30 segundos cada canción) y cuando pasaron unas horas se hizo aburrido y la gente ya desfasaba nos fuimos por donde habíamos venido. También supimos que había fiestas por todo el río Spree y en las discotecas y antros de nuestro agrado seguro, pero aunque no vaya del todo conmigo esto es algo que hay que ver.
Feliz 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario