martes, 17 de abril de 2012

Berlin y los monos


Había pensado en diferentes títulos para el post, pero creo que el grueso de mis lectores entenderá perfectamente a qué me refiero con los monos, que aquí en berlín podrían ser también las turcas, panchitas, morralla en general. Este post viene a colación del de la conducción en Berlín, pero merece ser tratado aparte aún siendo escueto.

Llevo escribiendo estos meses acerca de lo que NO es Berlín, como la antítesis de la alemania próspera, elitista y lujosa...aunque evidentemente es difícil ser una isla en el océano. Lo ignoro, pero por ejemplo el que sea policía nacional, médico, profesor o cualquier mierda de esa y lo destinen a Berlín tiene que estar en racha, porque cobrará un pastón acorde al país y vivirá relajadamente como si estuviera en territorio PIG. Ésa es la cara buena de la moneda, así como el que designen de compañías nacionales o internacionales, vamos se me entiende, que haber ricos los hay, de muchas procedencias, y ese tampoco es el problema. Junto a desvencijados golfs I, skodas, tartanas soviéticas y furgonetas hippyes ( de niños ricos of course), hay los elementos que se ven en otras capitales del mundo, ferraris, lambos, y siendo de producción nacional, a patadas de porsches, mercedes, audis y BMWs gordos...y éstos sí son el problema, porque dos quintos son conducidos por turcos que se creen la hostia, y los otros dos quintos por LOS MONOS de Berlín, el centro de mi post, y esto es la basura cónyuge del alemán megaforrado.

Es ese mono de Senegal, Perú o Ankara que en su país iba en carro, y por algún defecto congénito, de vista o de moral de su captor, ha acabado conduciendo un panamera, un cayenne turbo, un s8, un c63 AMG o similares, para disgusto del personal. Vas por ahí andando, en bici o en tu utilitario y ves un cacharro todopoderoso haciendo cosas fuera de lugar, circulando a trompicones, destrozando paragolpes, sembrando el pánico y practicando terrorismo y miras adentro y no suele fallar: ahí está el mono, encima creyéndose con derechos de conducir, atentando contra todas las leyes de la física, envuelta en su pañuelo o pintada como una puta, con calzas para llegar a los pedales, y encima es que el 90% son horrorosas hasta decir basta, hasta desear que abran de nuevo los campos de concentración para ellas.
Pero la vida es así...de injusta. Si me toca la lotería yo no mantendré monos de estos, compraré excavadoras y los barreré de la ciudad, de una vez por todas.



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